domingo, 12 de enero de 2020

BACALAR I y II


BACALAR 

INTRODUCCIÓN 
Presentamos a continuación un trabajo histórico – etnográfico sobre Bacalar realizado por Guadalupe Poot y Gabriel Vázquez Dzul, hace ya algunos años. La situación en Bacalar desde entonces ha cambiado mucho, especialmente desde hace cuatro años; se ha dado un fuerte incremento de población y se ha deteriorado notablemente la laguna.

No hemos terminado de actualizar la información, lo presentaremos pronto, pero nos parece que es interesante de cualquier forma ver la situación previa la historia y el proceso gradual de sobrepoblación y deterioro, que sí se muestra en el trabajo aquí incluido.


Por otra parte anexamos el video de una entrevista realizada por nosotras a la antropóloga Tania Casamadrid, quien ha trabajado sobre su localidad desde hace mucho tiempo.

I. HISTORIA 

Bacalar representa un gran reto y una situación compleja; si bien ha estado orientado hacia el turismo, el crecimiento exponencial y desordenado que ha tenido en los últimos 10 años ha significado el claro y progresivo deterioro de las condiciones de la laguna, un crecimiento urbano desordenado, falta de los servicios básicos para un buen número de la población, entre otros.

Hay varios grupos de ambientalistas y activistas en la ciudad de Bacalar que lo que reclaman es que se dé antes que ninguna otra cosa, un plan de desarrollo viable y completo para la actual ciudad, con la población actual. El drenaje y cómo disponer de las aguas residuales es un problema con dimensiones catastróficas, la laguna se ha visto crecientemente contaminada por las filtraciones del manto freático de las aguas negras y residuales; ya es evidente la pérdida de sus colores y de continuar el crecimiento urbano sin las medidas necesarias, se terminaría con la laguna en pocos años.

Esto hace pensar que construir una estación, poniendo más presión urbana en esta parte sería suicida y por supuesto no es en absoluto recomendable. Se puede ir trabajando en el plan de desarrollo urbano y de aquí a unos cinco años se podrían observar resultados, pero no hay forma de que sea sustentable hoy en día una estación en esta ciudad. El tren puede pasar y puede haber una parada, pero no puede construirse una estación. En el apartado de las sugerencias para FOANATUR sobre las estaciones lo desarrollamos más.


II. ETNOGRÁFIA 

Lupita Poot
Gabriel Vázquez Dzul
Situada a la orilla de una laguna, Bacalar es y ha sido a lo largo de su historia, una de las poblaciones más importantes del sur de Quintana Roo. Reconocida en 2006 como “Pueblo Mágico”, Bacalar accedió a un programa de recursos federales, destinados a su infraestructura y a su promoción turística. En 2007, por aprobación del Cabildo del municipio de Othón P. Blanco, Bacalar adquiere el estatus de ciudad, siendo considerado tal nombramiento como una de las primeras acciones hacia un estatus político más autónomo. Cuatro años después, en 2011, por decreto del Congreso de Quintana Roo, Bacalar se constituye como el décimo municipio del estado, conformándose a partir de la segregación de casi la mitad del municipio de Othón P. Blanco, al que había pertenecido hasta ese momento.
En este capítulo, se exploran las perspectivas y expectativas de los habitantes bacalarenses entorno a las distintas problemáticas económicas, políticas y sociales que Bacalar enfrenta, ante los recientes cambios en su estatus jurídico-político así como de su reconocimiento como Pueblo Mágico. Para entender el contexto histórico, económico y social del Bacalar actual, se presenta un recorrido etnográfico, que pretende sentar las bases de este contexto, sin pretender una revisión exhaustiva del mismo. Posteriormente, en la última sección del capítulo, se analiza en el discurso colectivo, la importancia que el turismo cobra frente a estas problemáticas y sus implicaciones para el desarrollo económico, social y cultural de Bacalar.
Si bien bacalar estaba poblado desde la época prehispánica y tiene historia colonial que se extiende durante los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX , que se puede leer en sus archivos y mirar en sus construcciones históricas, como es la del Fuerte de san Felipe, es a partir del siglo XX que se inicia la historia de lo que es hoy Bacalar.
El Bacalar repoblado del siglo XX
Cuando el ejército federal recupera Bacalar a principios del siglo XX, por primera vez no hubo que enfrentarse a los mayas rebeldes que ya desde 1864, se habían concentrado en Chan Santa Cruz. Abandonada por más de treinta años, Bacalar se encontraba en ruinas al arribo del comandante Othón P. Blanco, que había llegado en 1898 a bordo del pontón Chetumal para poner fin al contrabando de armas y la explotación ilegal de maderas preciosas en la frontera con Belice. A la entrada del ejército el 22 de marzo de 1901, al mando de José María de la Vega, Bacalar vuelve a quedar en poder del gobierno mexicano. Ese mismo año Francisco Cantón, gobernador de Yucatán, cambió el nombre de la a villa de San Felipe Bacalar por el de Bacalar de Cetina, en honor del coronel José Dolores cetina de la Barba.
Con la creación del Territorio Federal de Quintana Roo en 1902, Bacalar se convierte en la cabecera del Distrito Sur, uno de los tres distritos en que el Territorio había quedado dividido. Para ese año, Bacalar contaba con una población civil de 207 habitantes y para 1903 comenzó contar con los primeros servicios de telégrafo, teléfono, una escuela mixta, el servicio de correo y una biblioteca. La designación de Bacalar como cabecera del Distrito Sur no duró más que dos años, cuando en 1904 dicha cabecera pasó a la ciudad de Payo Obispo, hoy Chetumal. Ese mismo año, cuando se dio por terminada “oficialmente” la llamada Guerra de Castas, Bacalar comenzó a perder la poca población que tenía con el retiro de las tropas federales de la villa.
CAMBIOS JURÍDICO-POLÍTICOS Y REPOBLAMIENTO DE BACALAR 1901-1975
1893
Firma del Tratado Mariscal-Spencer
-México cede a Inglaterra 22 810 km2 que los ingleses se habían apoderado, a fin de terminar el comercio de armas con los mayas rebeldes.
1901
El ejército federal entra a Bacalar
-Bacalar, luego de 37 años de abandono por los mayas es una villa en ruinas
-Renombramiento de Bacalar como Bacalar de Cetina
1902
Creación del Territorio Federal de Quintana Roo
-Bacalar se designa como cabecera del Distrito Sur del Territorio.
- La villa cuenta con tan sólo 207 habitantes
1904
Se da por terminada oficialmente la Guerra de Castas
-Bacalar deja de ser cabecera del Distrito Sur
-El ejército federal se retira quedando Bacalar despoblado nuevamente
1931-1935
Anexión del Territorio a Yucatán y Campeche
-Bacalar queda bajo jurisdicción de Campeche
1936
Se reintegra el territorio de Quintana Roo
-Bacalar cuenta con una población de 150 habitantes
1937
Comisión Científica Mexicana visita la región
-Descubren 5 sitios arqueológicos al occidente de Bacalar: Dzibanché, Kinichná, El suspiro, Mario Ancona y El Resbaló.
-Los sitios datan del siglo V, siglo de la fundación de Bacalar
1938
Proyectos de colonización
-Llega a Bacalar un grupo de soldados que se establecen con sus familias como parte del proyecto.
1950

1960
1975
Programas de colonización dirigida
-A Bacalar llegan familias campesinas del norte del país y de los estados de Morelos, México y Durango
-Se transita de la explotación forestal al uso agrícola y ganadero de la tierra
Al retirarse el ejército de Bacalar, la población civil se vio atemorizada por nuevos ataques de los mayas rebeldes y por tanto, abandonaron también la villa. En estas condiciones se hallaba Bacalar cuando el Territorio de Quintana Roo fue anexado a Yucatán y Campeche, entre 1931-1935, quedando Bacalar bajo jurisdicción de este último estado. En 1936, al reintegrarse el Territorio, Bacalar contaba con 150 pobladores que se dedicaban básicamente  a la agricultura, la ganadería y la explotación maderera. A partir de este año, Bacalar adquirió cada vez más importancia como punto de embarque de maderas preciosas, que se transportaban hacia Belice para ser exportadas, a través del Río Hondo. Consecuentemente, la población comenzó a crecer y la villa a tener un mayor desarrollo.
En 1938, con el Primer Proyecto de Colonización emprendido por el general Lázaro Cárdenas, a partir del modelo de colonias militares, se proyectó el traslado a Quintana Roo de 120 soldados acompañados por sus familias. El traslado de estas personas se haría hacia  Cozumel, Carrillo Puerto y Bacalar; pero, finalmente por falta de recursos, solamente pudo realizarse en esta última población. Bacalar recibió así, el 4 de abril del mismo año, a 145 soldados (que conformaron la Compañía Fija de Quintana Roo) con sus familias, procedentes de la ciudad de México, constituyendo en total un nutrido grupo de 392 personas. Aunada a la misión de resguardar y vigilar la frontera, se esperaba que los colonos participaran en el fomento de la agricultura local. Además, se les prohibió dedicarse a la explotación comercial de maderas preciosas a fin de evitar su disgregación hacia otras poblaciones y el abandono de los cultivos.
Cabe señalar que este grupo de colonos recibió del gobierno del Territorio, 10 000 hectáreas de terrenos nacionales, divididos en dos fracciones de 5 000 hectáreas cada una. Así, “la primera se localizó al noreste de Bacalar (…) la segunda fracción se ubicó al oriente de la Laguna de Bacalar, entre los esteros de San José y Chac. Los integrantes de esta colonia años después formaron el ejido de Aarón Merino Fernández” (Mendoza, 2009: 44).
 A finales de la década de los cincuenta, precisamente durante la gestión del Ing. Aarón Merino Fernández, llegó a Bacalar un grupo de 35 campesinos como parte de una nueva campaña de colonización. Al igual que a los soldados, a estos campesinos se les dotó de tierras (5000 hectáreas) y de viviendas y demás enseres para vivir y trabajar. La llegada de nuevos colonos continuó ya en 1960 con la puesta en marcha de un plan de colonización a gran escala en el Territorio. El Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización (DAAC) proyectó el traslado de familias de distintos estados a Quintana Roo, como parte de una política de extensión de la frontera agrícola, ante la intensa crisis en el sector rural que afectaba al país.
Durante tres sexenios consecutivos, el sur de Quintana Roo fue la principal región receptora de campesinos de distintos estados, convocados por el gobierno para venir a colonizar el Territorio y posteriormente, el estado. En la década de los sesenta, Chetumal, capital del Territorio y los poblados de Bacalar, Calderitas, Subteniente López, Juan Sarabia, El cafetal, Sacxán, Álvaro Obregón y Allende recibieron familias campesinas de Morelos, Michoacán, México y Durango. A mediados de la década de los setenta, llegaron a esta zona 5000 familias procedentes del norte del país, que se acomodaron en 10 poblados, correspondiendo a 500 familias cada uno, entre ellos Bacalar.
Resulta importante señalar que, después del paso del ciclón Janet en 1955 por la región sur, la explotación de maderas preciosas se vio afectada por la pérdida de más de 600 000 hectáreas de bosque[1]. El cambio del uso de suelo forestal en el Territorio se vería estimulado, no sólo por el desastre natural, sino también por el propio gobierno federal. Como parte del programa de colonización, se puso en marcha el cambio de uso de suelo para pasar de la explotación forestal (corte de maderas preciosas y extracción del chicle) al uso agrícola o ganadero de las tierras; tierras que los campesinos colonos habían demandado desde sus lugares de origen.
Crecimiento poblacional  de Bacalar
La conformación poblacional de Bacalar, como ha podido observarse, ha sido históricamente dinámica e inestable. Como he tratado más arriba, acontecimientos como la conquista española, la piratería, la Guerra de Castas y los distintos momentos de colonización del sur estado de Quintana Roo, han tenido gran influencia en el aumento y descenso de la población de esta ciudad. Por ejemplo, la conquista española generó una disminución de la población del otrora Sian Ka’an Bak’jalal, tanto por las enfermedades y la hambruna como por la huida de sus habitantes a otras regiones, debido a los constantes combates entre mayas y españoles. Si se imaginara la dinámica de crecimiento poblacional en Bacalar, desde su fundación como población de origen prehispánico hasta las primeras décadas del siglo XX, se tendría una especie de línea en “zig-zag” donde se podría apreciar sus altibajos en el contexto de los distintos procesos históricos señalados.
Cuadro 4. Población de Bacalar según censos 1990-2010
Censo
Población total
Población masculina
Población femenina
1910
156
94
62
1921
28
13
15
1930
4
4
0
1940
619
342
277
1950
744
428
316
1960
939
498
441
1970
2,121
NE
NE
1980
4,590
2,282
2,308
1990
6,923
3,462
3,461
2000
9,239
4,579
4,660
2010
11,048
5,427
5,621
Fuente: elaboración propia basada en datos del Archivo Histórico de Localidades Geoestadísticas del INEGI.
Como se observa en el cuadro 4 la población total en Bacalar, durante el siglo XX, comienza a crecer a partir de la década del cuarenta para continuar en aumento hasta la primera década del XXI. El incremento de la población se ve estimulado por las políticas de colonización emprendidas por el general Lázaro Cárdenas en 1938, habiendo un primer intento de repoblamiento con el envío de soldados para establecer una Compañía Fija en Bacalar. A partir de entonces, la población bacalarense aumenta de manera paulatina sin ningún otro evento de descenso en el número de sus habitantes.
Actualmente, de acuerdo al Censo de Población y Vivienda de 2010, Bacalar tiene una población de 11 048 habitantes, de los cuales el 51% son mujeres y el 49% son hombres. Cabe señalar que el número de habitantes de este poblado, fue uno de los factores importantes a considerar para su reciente creación como municipio. Como municipio, Bacalar cuenta con una población aproximada de 32 000 habitantes pertenecientes a las 83 comunidades que lo conforman. De estas comunidades, las más pobladas son Bacalar como cabecera municipal, Limones (2 535 habitantes) y Maya Balam (2 018 habitantes).
Economía local y turismo
Aunque en el discurso oficial (de los gobiernos estatal y municipal), Bacalar se presume como una ciudad dedicada fundamentalmente al turismo, las actividades económicas a las que se dedican sus habitantes son mucho más diversificadas. Según datos de Morales Rosas, en 2008 la población económicamente activa (PEA) bacalarense la integraban un total de 3 373 personas (de 9833 habitantes). Las actividades económicas de esta población se explicitan en el cuadro siguiente.
Cuadro 5. DISTRIBUCIÓN DE LA PEA EN BACALAR EN 2008
Porcentaje
Empleos y oficios
25%
Comerciantes
17%
Empleados en diferentes talleres e industrias
13.6%
Agricultores y ganaderos
11.8%
Albañiles
6.9%
Docentes en servicio
5.7%
Trabajadores varios (pescadores, neveros, paleteros, veladores, etc.)
5.6%
Personal no docente que labora en escuelas
3%
Choferes
3%
Maestros que trabajan fuera de Bacalar
2.7%
Jubilados
2%
Trabajadores de la alcaldía
1.4%
Empleados del hospital
1.1%
Apicultores
.3%
Jardineros
.08%
Abogados
Fuente: Elaboración propia con datos del censo económico realizado por el profesor J. Jesús Morales Rosas en 2008.
Aunque en el censo no se hacen explícitos el número de empleados o trabajadores de empresas o negocios enfocados al sector turístico, es evidente que el turismo no es la actividad económica “principal” de los bacalarenses. Como puede observarse en el cuadro, el comercio emerge como actividad importante en la economía local, abarcando actualmente diversos rubros. 
En distintas áreas de la ciudad es posible encontrar desde tendejones y tiendas de abarrotes pertenecientes a los comerciantes locales, como tiendas de autoservicio de empresarios regionales (como Dunosusa, Baroudi y Extra) que lo mismo ofrecen abarrotes como bebidas alcohólicas; expendios dedicados exclusivamente a la venta de alcohol; tiendas que ofrecen artículos de bisutería, mercería, ropa, zapatos y regalos; de giros diversos como arrendadoras de maquinaria pesada, ferreterías, agroveterinarias, farmacias, heladerías, papelerías, lavanderías, pastelerías, tiendas de telefonía celular y arrendadoras de mesas y manteles para eventos; comercios dedicados a la elaboración de ventanas y puertas de cristal y aluminio; negocios dedicados a la venta de material para construcción, y finalmente, un ramillete de expendios de comida (pollerías, marisquerías, taquerías, loncherías, etc.) que a pesar de la inmensa competencia no dejan de aparecer en la avenida Libramiento, sobre la Carretera Federal.
Asimismo, se ha incrementado la oferta de diversos servicios en la ciudad como son los café-internet que ofrecen servicios de telefonía e internet; servicios bancarios con cajeros automáticos y un Banco Coopera; casas de empeño; un despacho contable, una funeraria así como un consultorio médico de distintas especialidades y a lo largo de la avenida Libramiento, cuatro gasolineras de Pemex.
No obstante que el turismo no es el sustento del empleo y del trabajo de la mayoría de sus habitantes, Bacalar tiene su principal punto de apoyo turístico en sus recursos naturales e históricos como la Laguna de los Siete Colores, el Cenote Azul y el Fuerte San Felipe, entre otros atractivos. Desde antes de su nombramiento como Pueblo Mágico, Bacalar ha ofrecido sus atractivos naturales e históricos a turistas nacionales y extranjeros a través de su infraestructura turística, principalmente localizada a lo largo de la laguna y su zona costera. En el siguiente cuadro se enlistan los balnearios, restaurantes y hoteles ubicados en la orilla de la laguna y la zona costera de Bacalar.
Actualmente son diversas las actividades que se ofrecen a los turistas dentro de los balnearios y hoteles: desde recorridos en lancha por toda la extensión lagunar, actividades ecoturísticas, renta de kayacs hasta servicios de internet inalámbrico, spa, de lavandería y alquiler de bicicletas, entre otros. Al interior de la ciudad también se localizan otros hoteles, posadas y hostales (Hotelito La ceiba, Hacienda Bacalar, Yaxché Centro Hostal, Hotel América, etc.) así como en el parque central se pueden encontrar restaurantes y cafeterías a los que suelen acudir turistas y extranjeros residentes en la ciudad.
Vivienda y servicios públicos 
Como ciudad, Bacalar es una de las más importantes de la región sur del estado después de Chetumal. Su población se encuentra asentada en un total de 13 colonias, cuyo crecimiento ha sido paulatino y observable a partir de la llamada avenida Libramiento, ubicada sobre la Carretera Federal. Las colonias más recientes se ubican “detrás” de esta avenida hacia donde la ciudad  tiende a extenderse desde hace más de 20 años. Las colonias ubicadas en esta parte de la ciudad cuentan con los servicios básicos de agua potable y electricidad y quiénes tienen los recursos, contratan “Sky” o “Dish” para acceder a un sistema de televisión por cable; mientras que, el resto de la ciudad cuenta además con los servicios de teléfono, internet y cablevisión, servicio que prestado por una empresa local.
Según el Censo de 2010, Bacalar cuenta con un total de 3 330 viviendas, de las cuales el 81% cuenta con electricidad y el 79% con agua potable; mientras que, el 78% tiene piso de  material diferente de tierra y el 80% de las viviendas cuenta con servicio de drenaje. Los materiales con que los habitantes de la ciudad construyen sus casas son muy diversos, desde casas habitación hechas totalmente de concreto, casas de paredes de concreto y/o madera que pueden estar techadas con diferentes materiales como huano, lámina de cartón, de zinc o de asbesto.
Aunque la ciudad cuenta el servicio de recolección de basura, este servicio resulta ineficiente puesto que, sólo se cuenta con un camión recolector para las más de tres mil viviendas con que existen en Bacalar actualmente. El camión pasa una o dos veces por semana y cuando tiene algún desperfecto, el servicio es mucho más lento porque deja de pasar o se sustituye por un camión más pequeño.
Respecto a los servicios de salud, Bacalar cuenta con un Centro de Salud que atiende tanto a los habitantes de esta ciudad, como también a pacientes que llegan de las diferentes comunidades del municipio. Recientemente las instalaciones del hospital fueron remodeladas en sus distintas áreas (hospitalización, quirófano, consultorio, laboratorio, etc.) así como su fachada y estacionamiento. Sin embargo, a pesar de la remodelación, el hospital sigue presentando problemas de abasto de medicamentos así como de falta de personal médico que atienda a la creciente población bacalarense. Las quejas de los derechohabientes se centran en estos problemas así como en la falta de médicos durante los fines de semana, en el pésimo servicio brindado por el personal que ahí labora como en actos de abuso en el manejo del servicio de ambulancias (como el cobro indebido a los pacientes para su traslado a Chetumal, por ejemplo).
Además de este Centro de Salud, hay en la ciudad consultorios privados de medicina general, dentales y un laboratorio de análisis clínicos; recientemente se cuenta ya con un consultorio que ofrece servicio de distintas especialidades y de laboratorio. Cabe señalar que, la medicina convencional no es la única opción de salud a la que recurren los bacalarenses; parteras, “hueseros” y “yerbateros” brindan también sus servicios, algunos bajo supervisión del centro hospitalario, y otros en sus domicilios particulares.
En cuanto a los servicios de agua potable, la ciudad cuenta con red de distribución de agua potable desde 1970 y un tanque que lleva más de treinta años en funcionamiento, localizado sobre la avenida Libramiento (entre calles 18 y 20). El servicio de electricidad que abastece a la ciudad llega desde la vecina población de Xulhá donde se localiza la planta eléctrica. Puede decirse que ambos servicios funcionan permanentemente, teniendo fallas la electricidad en caso de lluvias fuertes y siendo el abastecimiento de agua potable a las viviendas, limitado generalmente a las mañanas.
Por otra parte, a mediados de la década de los dos mil, la Carretera Federal 301 se modernizó ampliándose a cuatro carriles, divididos por un camellón y varios pasos peatonales. A una distancia aproximada de 45 kilómetros de Chetumal, Bacalar se une a la capital del estado por esta carretera a través de la cual, se comunica al norte con las ciudades de Felipe Carrillo Puerto, Playa del Carmen y Cancún. A lo largo de esta carretera, hacia el norte, Bacalar también mantiene comunicación con poblaciones de menor tamaño como Buena Vista, Pedro A. Santos, Limones y Mahahual; mientras que hacia el sur, se comunica con los poblados de Xulhá y Huaypix y con el crucero hacia el vecino estado de Campeche.
La modernización de la Carretera Federal restó tiempo en el traslado hacia distintos destinos (como Mahahual y Carrillo Puerto) y hacia Chetumal, donde diariamente viajan los bacalarenses para atender diversos asuntos (médicos, burocráticos, escolares, familiares, etc.). En cuanto a los medios de transporte, específicamente para trasladarse a Chetumal, el transporte en taxis ha sustituido al de los “minibuses”, que por muchos años operaron en Bacalar. Aunque existen otras opciones, como algunas “combis” y ahora el servicio que brinda la terminal de autobuses en la ciudad, los usuarios prefieren viajar a Chetumal en taxi por la mayor rapidez que esto les significa para trasladarse a la capital del estado. Sin embargo, para viajar a otras ciudades (como Carrillo Puerto, Playa del Carmen, Cancún y Mérida, entre otras), se utiliza el servicio de la terminal de autobuses, que recientemente pasó sus instalaciones a la avenida Libramiento.
La cuestión ejidal en Bacalar
La ciudad de Bacalar alberga en su territorio al ejido con el mismo nombre y al ejido Aarón Merino Fernández. El ejido Bacalar, fue creado el 1 de abril de 1936, por Resolución Presidencial de Dotación de Tierras, que se publicó en el Diario Oficial de la Nación el día 13 de mayo del mismo año. La ejecución de esta resolución se llevó a cabo el 25 de agosto de 1936, resultando beneficiados 49 capacitados con una dotación inicial de 1,750.00 hectáreas. Seis años más tarde, el 11 de marzo de 1942, por una nueva resolución publicada el 6 de mayo del mismo año, se otorgó por acción agraria de primera ampliación 54,530.00 hectáreas, que sumadas a las 1 750 ya dotadas dan un total de 56 280 hectáreas.
Sin embargo, durante la gestión de Jesús Martínez Ross, en 1971, el ejido “sufrió una segregación de 298 y en 1993 una expropiación de 65.2814 ha.”(Xacur, 1998: 300). Con la segregación de la década del setenta, el ejido se quedó únicamente con un diez por ciento de las tierras que le pertenecían a lo largo de la Laguna de Bacalar. A los ojos de algunos ejidatarios, esta segregación fue un acuerdo entre el Gobierno del estado y el Comisariado ejidal, del cual sólo salió beneficiado éste último y no el ejido.
Luego de 30 años de dicha segregación, los ejidatarios han revisado los planos y decretos establecidos desde su dotación en 1993. A partir de esta revisión, sostienen que en su delimitación legal el ejido de Bacalar abarca 20 metros hacia el interior de la laguna y por tanto, argumentan que dicho territorio les pertenece y exigen su revisión. Sin embargo, reconocen que es imposible optar por una retribución material de esas tierras puesto que, los residentes cuentan con  títulos de propiedad que los amparan. No obstante, los ejidatarios exigen al gobierno estatal la indemnización respectiva por estos terrenos.
La respuesta que han obtenido del gobierno es que la segregación (de entre 50 a 100 metros fuera de la laguna) es legítima por cuanto, los yacimientos de agua son propiedad de la nación y por lo tanto, también lo son sus secciones colindantes. De esta manera, 298 hectáreas fueron privatizadas pasando a manos de funcionarios locales que construyeron sobre la costera de la laguna, decorosas casas habitación y de descanso. Actualmente, sobre la costera de Bacalar se han construido y habilitado algunas de estas construcciones para servir como pequeños hoteles, restaurantes y hostales. Por su parte, el ejido, después de la segregación sobre los terrenos a la orilla de la laguna, se quedó únicamente con el balneario ejidal para su uso y aprovechamiento.
Respecto al  uso de las tierras ejidales que no están sobre la laguna, de las 56,280 hectáreas que conforman el ejido, a cada uno de los 168 ejidatarios le corresponden 100 hectáreas. El uso que se le da a las tierras comunales se destina a la agricultura y en menor grado, a la ganadería. En cuanto a la primera actividad económica algunos ejidatarios no exceden de las dos hectáreas cultivadas y por cada una de ellas, reciben la cantidad de 1,050 pesos por ciclo agrícola del PROCAMPO. La actividad ganadera está restringida a un grupo de ejidatarios tabasqueños y chapanecos que están asociados al gobierno para llevar a cabo el trabajo ganadero. Siendo que muchos de los ejidatarios son maestros, ambas actividades no se ven muy estimuladas.
Por su parte el ejido Aarón Merino Fernández, se fundó en 1960 y actualmente se encuentra integrado por 54 ejidatarios con una extensión de 8 000 hectáreas. Su fundación se dio sobre los terrenos “que trabajaron los soldados de la compañía militar antes de ser enviados a Chetumal para formar el 55º Batallón de infantería” (Morales, 2008: 120). En la actualidad, este ejido enfrenta un conflicto legal entre autoridades ejidales y posesionarios por la venta irregular de los terrenos ubicados junto a la laguna. Los primeros acusan a los últimos de ser “invasores” de las tierras ejidales; mientras que los segundos objetan que las autoridades del ejido están revendiendo los terrenos que ellos poseen y de los que dicen tener los documentos que acreditan su legítima propiedad. El conflicto aún no se resuelve en tanto que existen ya demandas por parte de los afectados tanto por la vía agraria como por la vía civil y penal.
Bacalar: Pueblo Mágico y Décimo Municipio de Quintana Roo
Así como su dinámica poblacional, otra variable importante en la historia de Bacalar, ha sido su estatus jurídico-político. Una larga lista de denominaciones se enmarcan en los distintos procesos históricos por los que Bacalar ha transitado: Sian Ka’an Bak’jalal en la época prehispánica; Salamanca de Bacalar durante la conquista española; San Felipe Bacalar durante el auge de la piratería en la región; Bacalar de Cetina con su recuperación y ocupación por parte del Ejército Federal a principios del siglo XX, y desde 1904 hasta ahora, simplemente Bacalar.
Desde su fundación por los mayas itzáes al llegar a la costa oriental de la península de Yucatán, entre los años 415 y 435 de nuestra era, Bacalar ha ostentando distintos estatus jurídico-políticos. Desde ser la cabecera de una de las 16 provincias en las que se hallaba dividida la península antes de la llegada de los españoles, pasando por ser villa española hasta su reciente reconocimiento como el décimo municipio del estado. Fue hasta el 26 de junio de 2007, que Bacalar pasaría del rango de poblado al de “ciudad”, por aprobación del Cabildo del municipio de Othón P. Blanco; nombramiento que fue considerado como una de las primeras acciones hacia un estatus político más autónomo.
Como antecedente a su constitución como ciudad y luego como municipio, Bacalar fue reconocida el 2 de octubre de 2006 por el entonces gobernador del estado, Félix González Canto, como “Pueblo Mágico”. A partir de este reconocimiento, Bacalar accedió a un programa de recursos federales, destinados a la infraestructura y a la promoción turística, a fin de lograr su proyección internacional como un poblado dedicado al turismo ecológico y a la conservación de las tradiciones locales.
A partir de este nombramiento, en 2007 se integró el Comité Bacalar Pueblo Mágico con funcionarios de distintas instancias gubernamentales como la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y la Secretaría de Turismo (SECTUR). Posteriormente, en 2011 el Comité quedaría integrado por representantes de instancias federales, estatales y municipales: el alcalde de Bacalar como representante municipal de Othón P. Blanco, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, el presidente del Colegio de Arquitectos y diversos  líderes de opinión locales.    
Al ser reconocido Bacalar como el décimo municipio del estado, el Comité fue reestructurado en su representación municipal y local, siendo presidido actualmente por Prudencio Alcocer Balam, otrora alcalde de Bacalar y actual presidente de la Asociación Civil “Bacalar Municipio 10”.
Los cambios en la estructura del Comité se han correspondido con las distintas etapas de la administración de los recursos federales, estatales y municipales destinados a Bacalar como parte del Programa Pueblos Mágicos. Hasta ahora, las fases de este Programa han sido cuatro. En la primera etapa se remodelaron tanto calles, banquetas y fachadas de las casas localizadas en lo que se dio en llamar el “centro histórico” de la ciudad; así como, se hicieron remodelaciones en el parque central y en el Museo del Fuerte San Felipe. En una segunda etapa se construyó, en la entrada sur, la efigie representativa de la Parroquia de San Joaquín y para una tercera fase, se construyó un mirador y se previó la remodelación de la entrada norte de la ciudad. En la cuarta etapa se inició la construcción de una ciclopista y en la quinta etapa, se prevé la modernización de dos kilómetros de la Avenida Costera, entre el Balneario ejidal y el Fuerte.
Cinco años después de su nombramiento como Pueblo Mágico, el 2 de febrero de 2011, el Congreso del Estado aprobó la creación de Bacalar como el décimo municipio del estado de Quintana Roo, después de más de 10 años de lucha por parte de distintas asociaciones y movimientos ciudadanos en pro de su creación. Aunque en 2001 la Universidad de Quintana Roo (UQROO) entregó formalmente al Congreso del Estado un estudio sobre la viabilidad de convertir a Bacalar y a Tulum en municipios, fue en 1998 que se dan los primeros pasos para tal demanda ciudadana.
La Alianza Pro Noveno Municipio, encabezada por el profesor Efraín Medina Uc, había llevado a cabo un primer estudio en base al cual, se formuló el proyecto para la creación del noveno municipio en la porción abarcada por el V Distrito (56 comunidades) , que en ese entonces se proponía denominar Javier Rojo Gómez con cabecera en Bacalar. Es en el año 2000 que la propuesta del Comité Pro Noveno Municipio llega hasta el Congreso del Estado, pero se queda atascada a pesar de la respuesta de estudiar su viabilidad. No obstante, queda en la mesa de discusión, por los siguientes años, la añeja demanda de los bacalarenses de convertirse en municipio, así como comienzan a surgir otros movimientos y asociaciones civiles (como Nueva Salamanca, Frente Ciudadano Pro noveno Municipio de Bacalar y Bacalar Municipio 10).
El argumento de los bacalarenses a lo largo de estos años, fue que Othón P. Blanco era un municipio demasiado grande y por tanto, incapaz de atender las necesidades de las comunidades a su cargo. Bacalar en cambio, no había sido tomado en cuenta para convertirse en municipio desde la creación del Estado en 1974 y por tanto, reconocerla como tal, era una deuda histórica del gobierno estatal y municipal. Por su parte, el argumento en contra de la creación del noveno municipio tenía distintos ejes: la falta de viabilidad económica y la escasa infraestructura (educativa, de salud y de transporte) de Bacalar para sostenerse sin los recursos de Othón P. Blanco; la negativa a que este último municipio (gobierno priísta) perdiera la región Costa Maya, que quedaría dentro de la municipalidad de Bacalar; y finalmente, el rechazo del municipio de Benito Juárez (gobierno perredista) a ceder parte de su presupuesto. Al crearse el nuevo municipio, sus recursos serían obtenidos de los ajustes de presupuesto tanto de Othón P. Blanco en el sur, como de Benito Juárez en el norte del estado.
De entre los dos municipios propuestos en 2001 para su creación, fue Tulum que logró obtener el estatus del noveno municipio en marzo de 2008; mientras que, Bacalar tuvo que esperar tres años más, para poder alcanzar la categoría de Ayuntamiento convirtiéndose en 2011 en el décimo del estado. Además, la municipalidad de Bacalar no abarcó las poblaciones más importantes de Costa Maya, como Mahahual e Ixcalak, si no que hacia el norte sólo obtuvo 20 kilómetros de costa. El territorio del municipio se conformó a partir de la segregación de casi la mitad del territorio del municipio de Othón P. Blanco. El municipio de Bacalar, cuenta con una extensión territorial de 7 161.1 kilómetros cuadrados colindando al norte con los municipios de José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto; al oeste, con el estado de Campeche; al este, con un litoral de 20.1 kilómetros de extensión, colinda con el Mar Caribe; y finalmente, al sur, Bacalar colinda con el municipio de Othón P. Blanco. 
A partir de su creación como municipio, Bacalar pasó de la categoría política de alcaldía a tener un “gobierno provisional” regido por un Concejo Municipal que fue designado por el propio Congreso del Estado y que entró en funciones el 11 de abril de 2011 para concluir el 29 de septiembre de 2013. Cuando el Congreso designó este Consejo, el gobierno municipal de Benito Juárez rechazo su inconstitucionalidad objetando que el gobierno del nuevo municipio debía ser elegido a través de un proceso electoral. Sin embargo, la objeción no progresó debido a lo costoso y tardado de poner en marcha elecciones de un gobierno que luego de dos años y medio tendría que renovarse.
Actualmente, el municipio ha tenido ya sus primeras elecciones constitucionales, quedando como su primer presidente municipal  José A. Contreras Méndez para el periodo 2013-2016. Una vez que el nuevo gobierno entre en funciones, los bacalarenses podrán evaluar y reflexionar con más elementos, la pertinencia y las repercusiones de haberse convertido en el décimo y último municipio del estado.




[1] Gran parte de estas hectáreas habían sido concesionadas por el gobierno federal a la empresa Maderas Industrializadas de Quintana Roo (MIQRO) por un periodo de 25 años. 







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